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La terapia consiste en la restricción de movimiento de la extremidad menos afecta en pacientes con accidente cerebro vascular y el entrenamiento mediante actividades funcionales de la extremidad parética, basándonos en la neuroplasticidad cortical existente tras una lesión cerebral. La representación en el cerebro de cada parte del cuerpo de un adulto depende de la cantidad de uso de esa parte. A mayor uso, mayor representación. Tras un daño cerebral que genera una hemiparesia las personas tratan de realizar con el brazo sano todas las actividades diarias, aprendiendo así a no utilizar el brazo afecto (desuso aprendido). Los intentos de movimiento que resultan difíciles, fallidos o dolorosos dan lugar a estrategias compensatorias que disminuyen el uso del brazo por lo que la representación cerebral disminuirá y su movimiento cada vez será más costoso. Si restringimos el uso del brazo sano generamos una reorganización cortical, aumentando la representación cerebral y por tanto el movimiento será más fácil y se transferirá a situaciones cotidianas. El objetivo es superar el desuso aprendido, para conseguir la utilización frecuente del brazo afectado, es decir, que vuelva a ser funcional consiguiendo una mayor y mejor integración del brazo afecto en las actividades de la vida diaria. Los resultados de los estudios han demostrado que la terapia de movimiento inducido por restricción (TMIR) es una intervención eficaz para el tratamiento de la extremidad superior de pacientes tras un ictus. Los principales resultados reportados son la mejora de la función motora percibida y de la función motora del miembro superior, aumento del nivel de independencia funcional y de la calidad de vida mejorando su participación social y comunicativa. APLICACIÓN DE LA TMIR: La terapia consiste en restringir el uso de la extremidad NO afecta durante el 90% del tiempo que el paciente esté despierto, sometiendo a la afectada a un entrenamiento de 3 horas diarias durante tres semanas. No se trata únicamente de restringir el brazo sano, sino de utilizar el afecto y seguir haciéndolo una vez terminada la terapia, solo así podremos mejorar la movilidad y la funcionalidad del brazo. Se le proporcionará un diario donde se asignan cada día 10 tareas funcionales (5 fáciles y 5 complejas) para realizar en casa durante el tiempo de entrenamiento. Se debe anotar si ha realizado la tarea, el tiempo que ha empleado y si ha tenido alguna dificultad (en este apartado puede aportar posibles soluciones o adaptaciones). Las actividades se establecen de mutuo acuerdo entre el fisioterapeuta y el paciente, dejando claras aquellas que no podrá realizar por que impliquen riesgo o por necesitar ayuda de otra persona como en las actividades bimanuales (atarse los cordones, cocinar, cortar alimentos...). En esta terapia es muy importante la implicación del paciente, siendo fundamental la motivación y la colaboración tanto de él como de sus familiares. NOTA: A las actividades que se recogen en las siguientes tablas que forman parte del entrenamiento durante 3 horas al día se le añaden actividades cotidianas durante el resto del tiempo que el brazo sano va a permanecer vendado, por ejemplo, poner y quitar la mesa, lavar los platos, vestirse, comer, jugar con los niños, ducharse, asearse, etc. Escrito por Victoria López Osuna
Fisioterapeuta Especialista en Neurología del adulto y en Terapia Manual Ortopédica
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Beatriz BolañosFisioterapeuta. Especializándome en clínica, terapia manual ortopédica y en ejercicio terapéutico. Archivos
Mayo 2023
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